sábado, agosto 01, 2015

Cómics forasteros: Deadman de Mike Baron y Kelly Jones

Cuando estaba en el otro lado de la acera, miraba con recelo prácticamente todo lo que se publicaba bajo el sello de DC. Bajo las faldas de mamá Marvel todo parecía demasiado lioso e indigno de mi atención (y, por tanto, de mi dinero). Recuerdo bastante claramente lo que pasó por mi cabeza cuando me enteré de que correteaba un superhéroe con traje rojo ceñido llamado Deadman. Una ignorante sonrisa burlona se dibujó en mi cara para, acto seguido, hacer algún chiste de calidad más que discutible.

Daba igual que nombres como Neal Adams, Alan Moore o Neil Gaiman se hubiesen interesado en algún momento en él. A mí no me parecía suficiente para dar el paso y empezar a conocer su historia. Por eso ahora me sentía en deuda con él a la hora de coger el tomo de Deadman realizado por Mike Baron y Kelly Jones.

Nunca ha sido tan fácil saber si me he arrepentido de una decisión o no. ¡Al salto descubriréis con mi análisis lo que pienso de este extraño personaje!


Los textos de introducción -¡qué haríamos sin ellos!- se tornan en herramienta indispensable para inmersiones como esta en las que no sabemos hacia dónde nos dirigimos. Gracias a ellos he sabido que Boston Brand, alias Deadman, fue una creación de Arnold Drake para Strange Adventures en 1967.

Un personaje que prometía cabalgar fructíferamente entre el mundo de los vivos y de los muertos, debido a su muerte y posterior resurrección -deidad india llamada Rama Kushna mediante- pero que por circunstancias ajenas acabó en el cajón de los superhéroes mediocres sin objetivo vital. Y todo porque su creador tuvo que dejar la editorial por discusiones creativas con la cúpula.

En esta ocasión era Mike Baron el que, en cierta manera, se sentía deudor con Deadman, sabiendo ver todo su potencial e intentando auparlo a una posición más meritoria en el panteón. Pero su relación se fraguaría poco a poco y con altibajos, como la esencia misma del personaje. Empezando por un serial mensual dentro de las páginas del Action Comics Weekly en 1988.


Con este encargo Baron empieza a adentrarse dubitativamente en la psique de este ente. Permitiendo que el desarrollo de la acción sea el que marque los tiempos del relato. Así, las sucesivas posesiones fantasmales realizadas por Deadman son las que alimentan el apetito del lector. Y si encima le añades al cóctel unos cuantos zombies, ¡diversión asegurada!

Es en la siguiente miniserie, Love and Death (1989), donde el escritor se esmera en presentarnos un personaje tridimensional (aunque resulte casi paradójico llamar así a un tipo espectral). Harto de vagar solitariamente entre los planos, encuentra la salvación romántica en la figura de Ann, un atractivo espíritu de pasado circense.

Deadman ya hace honor a su nombre y su fisionomía se parece más a alguien muerto que a un vivo. La tremenda transformación ejecutada por Kelly Jones, volviéndolo raquítico y calavérico fue un atrevimiento acertado. Su declive fisionómico va a la par con su cada vez más fragmentada mente. Parece complicado que la escala de valores del bien y del mal permanezca inalterable si se está condenado a vivir una existencia destinada al olvido.


Este planteamiento concluye en otra miniserie, Exorcism (1992), en la que el villano de la historia no es otro que él mismo. Baron rompe definitivamente con cualquier esquema de superhéroes para hablar de una persona en profunda depresión y lucha interna que resulta que lleva un ceñido traje rojo y que, además, está muerto.

La influencia de otras historias oscuras de DC, como El Caballero Oscuro o Watchmen, ayuda a que el dibujante, que ya había obtenido rodaje y confianza con Boston Brand, se suelte y juegue con todo tipo de colores, encuadres, figuras y demás recursos técnicos. Resultando una terrorífica delicia visual que va in crescendo con cada página acabada.

Es grato leer este tipo de cómics que, aunque tengan un sello en su portada, son capaces de sorprenderte y ampliar el horizonte del mundo de los superhéroes que cada vez engloba a más. No puedo esperar a leer lo que Neal Adams o José Luis García-Lopéz hicieron con Deadman. Mientras tanto, apuntadme en la lista de seguidores de Rama Kushna.


DEADMAN DE MIKE BARON Y KELLY JONES

Guión: Mike Baron
Dibujo: Kelly Jones
Tinta: Tony Dezuniga
Edición original: Action Comics Weekly, Love and Death, Exorcism (1988, 1989 y 1992) DC, EEUU
Edición: Tomo a color, 270 páginas. Planeta DeAgostini
Precio: 16,95 euros

No hay comentarios: