miércoles, junio 24, 2015

Cómics forasteros: Cowa! de Akira Toriyama

¿Es posible que la fama y el reconocimiento mundial harten tanto a alguien para que abandone todo y vuelva a empezar así desde cero? Pues sí, en el mundo loco del manga todo puede pasar. Todo. Y sino que se lo digan a Akira Toriyama, que acabó hastiado de tanto ruido en torno a sus dos mayores creaciones: Dragon Ball y Dragon Ball Z.

Porque, si dejamos la nostalgia y la melancolía aparte, y nos entregamos a la sinceridad, las aventuras de Goku y compañía acabaron convirtiéndose en un Nekketsu repetitivo, falto de ideas y de proyección a largo plazo. Seguramente no por culpa de un Toriyama centro de las exigencias, sino por la enorme demanda de más y más peleas por parte del gran público. Entendible que cerrase ese capítulo de su vida (aunque parece que ahora se vuelve a abrir con Dragon Ball Super) y quisiera volver a su otra faceta: La de la aventura imprevisible y la comedia absurda con personajes entrañables que tanto brilló con el Dr. Slump. Y esa nada más y nada menos es la esencia de Cowa!

Seguid conmigo si queréis saber cómo huyó Toriyama de Goku.

sábado, junio 13, 2015

RetroReseñas: Daredevil de Ann Nocenti y John Romita Jr. (Marvel Héroes #39)

Llegó el momento de (volver a) hablar del Hombre sin miedo, nuestro Daredevil. Y lo hago en el momento justo ya que ahora está de vuelta a la palestra por su nueva serie de televisión que no ha decepcionado al fandom. Apuntada está en mi lista de series pendientes. Pero centrémonos en las viñetas, en un mundo en el que el carácter individual y delimitado de la serie ha dado pie, en numerosas ocasiones, a que diversos autores se sientan más autónomos con Matt Murdock y lo desarrollen cómo se merece.

Con este objetivo entró en la colección Ann Nocenti, una de las primeras guionistas de la Casa de Las Ideas que demostró sucesivamente que tenía muchas de estas últimas. Pero claro, entró justo después de un Frank Miller que había, seguramente, llevado al personaje a su punto culmen. No pocos autores se habrían quedado gélidos ante tal encargo, pero no Nocenti.

¿Queréis descubrir lo que hizo? ¡Acompañadme!